martes, octubre 24, 2006

He estado pensando

Pensé que aquella noche no llovería, sin embargo, qué equivocado estaba.
Apenas crucé el umbral de mi cárcel de 45 horas.
La lluvia, fría e impávida embistió mi humanidad, que cansada clamaba por la eternidad.
Las calles se alargaban alejándome del hogar.
Las horas retrasaban aquella mirada que mi mente tanto ha de extrañar.
Siento que he esperado este momento desde el mismo día que nací.
Estoy solo y nadie va a detenerme, porque nadie conoce mis intenciones aquí.
Nadie, ni siquiera Dios sabe lo que pienso en este momento.
Una decisión.
Una intención.
Un sol.
A mis padres dejaré los recuerdos de mi inocencia infantil.
A mis amigos las sonrisas, las discusiones, todo aquello que les recuerde a mí.
A ella, a ella le dejaré lo que ella quiera tomar, porque ya nada será para mí
Las luces acercándose desde el horizonte me advierten que debo partir.
Adiós a todos.
Quisiera estar en casa.
Pero no hay nadie allí.